sábado, 14 de enero de 2023

ETAPA VILLANUEVA DEL RÍO Y MINAS - EL PEDROSO

Hemos salido de Lora del Río pasadas las 8:00 de la mañana desde la Alameda del Tren. Empezamos a andar al final de la barriada de San Fernando en Villanueva del Río y Minas, sobre las 9:10; luego hemos llegado a lo que queda de la antigua estación de Arenillas, en la bifurcación hacia las ruinas romanas de Munigua, y ahí hemos cogido el sendero hacia El Pedroso, que va paralelo a la vía del tren.

El día está muy abierto, mucho sol. Aproximadamente a las 12:15 de la mañana, ya me he quitado prácticamente la ropa, me he quedado con una camiseta de mangas largas porque hace calor, y todavía nos queda bastante para llegar al Pedroso. Estamos por una zona de alcornocales, con ganado pastando: vacas, cerdos, ovejas... La verdad es que el día es bastante agradable. Cuando empezamos a andar hacía 5ºC y a las 12:30 ya hemos llegado a los 15º.

En la entrada a la localidad de El Pedroso, hemos parado para reagruparnos y tras cruzas las vías del tren nos fuimos a Casa Arias, donde nos dieron un menú del peregrino, con varios primeros y segundos a elegir. Yo pedí sopa de picadillo y lomo al whisky, con sus cervezas y el café (16'50€). Lo pasamos muy bien en la comida, coincidimos en Casa Arias con otro grupo de senderistas que estaban por la zona.

Después nos fuimos a ver la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, en la Plaza de la Constitución. Aquí sellamos las credenciales y contemplamos su riqueza artística. Aproximadamente sobre las 17:30 cogimos el autobús de vuelta para casa. De nuevo, una jornada estupenda de ruta con los amigos del Camino de la Frontera.







Descanso y reagrupamiento sobre la mitad del camino





Casa Arias

Acogida en la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación

Tuvimos una calurosa acogida por el párroco, sellamos las credenciales y nos presentó todo el patrimonio de esta Iglesia.


Altar mayor, con el precioso retablo construido en el siglo XVIII por Bartolomé García de Santiago, que alberga la imagen de la Inmaculada Concepción de Juan Martínez Montañés.

Retablo del siglo XVIII que sirve de marco al Cristo del Buen Fin, obra del escultor Pedro Millán, fechado a principios del siglo XVI