sábado, 23 de julio de 2022

ETAPA AS PAREDES - VILALBA

La etapa de hoy es bastante sencilla y corta. Mi idea es tener tiempo suficiente -y fuerzas- por la tarde para visitar Vilalba.

He desayunado en el albergue O Xistral: la cocinera lo deja todo preparado en la cocina, a modo de buffet, para que cada peregrino se lo prepare como más le guste y a la hora que le interese salir.

Los paisajes de la etapa son bonitos, aunque ya no son las zonas boscosas de estos días atrás. Antes de lo que me esperaba, llego a Vilalba sobre las 13:00 horas. Me busqué en un supermercado pan, queso y cerveza (1906, bien fría) y me senté a disfrutarlo todo en la Plaza de la Constitución, bajo una fresca sombra mientras veía pasar la gente.

😋

Cuando me dirigía al albergue Castelos, dispuesto a ducharme y descansar, me encuentro en la Iglesia Parroquial Santa María una animada boda: los novios brindaban con Estrella Galicia en la puerta mientras los invitados bailaban al son de una algarabía formada por una pequeña banda de música.

En el albergue Castelos me encuentro un grupo numeroso de chavales que iban haciendo el Camino en un grupo organizado. El albergue estaba lleno, menos mal que lo reservé porque son los mismos que gestionan el albergue de O Vilar, y ellos me ofrecieron que me alojara aquí cuando llegara a Vilalba, y les dije que sí. Cuando entro en el albergue coincido con un joven de unos 22 años que empezó el Camino en San Sebastián y estuvimos charlando un buen rato, contándonos quiénes éramos y lo cansados que estábamos. Compartíamos la misma litera y después de la ducha nos quedamos dormidos. Pronto me desperté porque el albergue estaba pegado a una piscina y las risas de los niños me espabilaron, así que me fui a ver las calles de Vilalba y el Museo de Prehistoria y Arqueología.

Vilalba parece una ciudad o un pueblo grande, pero en realidad hay muchas casas vacías en venta y no parece que tenga demasiada vida. En la calle principal me senté a tomar un té y luego me di una vuelta por la zona próxima al Parador de Turismo, cerca también del albergue. Terminé en el salón del albergue el queso que me quedaba del almuerzo mientras de nuevo charlaba con mi compañero de litera, quien también cenaba allí. Resultó ser de Logroño y estudiaba Ingeniería Forestal en Soria. Como era temprano, le invité a tomar una cerveza fuera antes de que se cerrara definitivamente el albergue, pero quería acostarse porque esperaba levantarse muy temprano. Así, me tomé yo solo en una taberna próxima un par de vinos: con cada consumición te ponen una tapa, algo que empiezo a ver que por esta zona es bastante normal.

Sobre las 22:30 vuelvo al albergue y el grupo de chavales estaba en la puerta, charlando y con música. Pensé que sería difícil dormir esa noche, pero sin embargo no fue así. Dentro del albergue estaba todo muy silencioso y los chavales fueron muy respetuosos.











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